Secuela de Como agua para chocolate
Novela: Mi negro pasado
Laura Esquivel (Suma de Letras - Buenos Aires)
En 1989 se publicó Como agua para chocolate de Laura Esquivel. Devorada por los lectores fue llevada al cine. Un relato que unía amor, historia y mujeres en los comienzos de siglo XX. Acuñó un personaje inolvidable: Tita, una joven concebida para quedarse soltera y cuidar a su tiránica madre, respondiendo a la costumbre tradicional. Ahora aparece este tercer volumen: Mi negro pasado. En esta novela situada en la actualidad la autora retoma la historia familiar a través de una tataranieta, hija de Pedro y Rosaura, cuya gordura la aísla de la familia. El nacimiento inmotivado de un hijo negro la segrega y separa del marido que la culpa de infidelidad. En el velorio de la madre, acepta la invitación de Gertrudis la abuela materna desaparecida, que le revela la existencia de un abuelo negro. En la hacienda donde Tita aprendió a sobrevivir la joven María recupera las ganas de vivir, aprende las recetas legadas y, a la muerte de la anciana, hereda todos sus libros y enseres. María reconquista la felicidad y recupera su figura, encontrando el verdadero amor en un médico. Transformada interior y exteriormente no acepta volver con su marido y construye una existencia nueva. Como se ve , un típico relato de reconocimiento melodramático salpicado con fórmulas de autoayuda, filosofía new age y final feliz donde campea la corrección política y todo se soluciona. Una novela que se lee con placer, con una gran cantidad de azúcar que acaba salvando cualquier inconveniente.
© LA GACETA, Carmen Perilli.-
Argentinos en los paraísos fiscales
Investigación: Argenpapers
Santiago O’Donnell y Tomás Lukin(Sudamericana - Buenos Aires)
El trabajo de O’Donnell y Lukin es profundo sin tornarse un texto solo para expertos en finanzas internacionales, además de extender sus hilos hasta conformar nuevas tramas que resultan por demás interesantes, evitando quedar reducido al mero ordenamiento de los miles de documentos filtrados: la manera en que los medios manejaron la información, las explicaciones que los involucrados brindaron pública y judicialmente, las conversaciones entre esos involucrados y el periodismo para direccionar los datos que surgían día tras día. Estas variables se cruzan a lo largo de los párrafos dándole al texto, por momentos, un tono de thriller o policial que demuestra -una vez más- que la realidad supera a la ficción.Los nombres que se publican son muchos; funcionarios de esta administración, de la anterior, empresarios vinculados a ambos gobiernos, profesionales de renombre, futbolistas. Una variopinta enumeración de personajes más o menos conocidos con un factor común que los une: ver sus nombres detrás de alguna de las empresas creadas a través del estudio Mossack Fonseca y que fueron dadas a conocer al mundo en 2016.Los méritos de ArgenPapers son diversos. El lector los irá descubriendo a medida que avance en la trama. Quizá la conclusión a la que arribará con resignación es que en sistema financiero actual es más lo que se puede esconder que lo que finalmente puede salir a la luz.
© LA GACETA, Martín Mazzucco Cánepa
Fábula distópica que prefigura a Kafka
Novela: El otro lado
Alfred Kubin(La Bestia Equilatera - Buenos Aires)
En 1909, el ilustrador y escritor austriaco Alfred Kubin (1877-1959), llevaba a la imprenta El otro lado (Die andere Seite), su primera y única novela que daría a conocer en vida. Escrita durante una crisis artística y depresiva de su autor, la presente narración puede leerse bajo las coordenas de fábula distópica. A más de un siglo de su aparición, el libro puede considerarse una de las piezas claves del expresionismo alemán, prefigurando a autores tan singulares como Georg Heym, o, incluso, obras capitales como El castillo, de Franz Kafka; dicho sea de paso, amigo del propio Kubin. La historia se inicia luego de que Franz Gautsch recibe una invitación a trasladarse, convocado por el multimillonario Claus Patera, a un Reino Soñado, en Extremo Oriente. Sitio al que viaja en compañía de su esposa, y donde, en un principio, todos los problemas materiales estarían resueltos. Un lugar donde las fantasías eran realidad. Sin embargo, y ya instalados en ese lejano espacio amurallado, la verdadera dimensión del problema no tarda en cristalizarse. El optimismo pronto se transforma en un sentimiento confuso atravesado por el fantasma trágico del poder. Las ilustraciones en tinta china de Kubin permiten complementar las visiones dantescas a un ritmo vertiginoso. Ese talento gráfico demasiado preciso en sus descripciones delirantes, han transformado, precisamente, El otro lado, en un clásico de la literatura fantástica.
© LA GACETA, Augusto Munaro
Odisea del primer astronauta checo
Novela: El astronauta de bohemia
Jaroslav Kalfar(Tusquets – Buenos Aires)
El color del cielo ha cambiado. Desde todos los puntos del planeta, al mirar hacia arriba se percibe como si una mancha de luz violeta hubiera desteñido la noche. Hacia esa nube amenazante se dirige Jakub Procházka, el primer astronauta checo, en abril de 2018. A medida que se acerca a Venus y a la “nube Chopra”, se hacen inelubibles para él las presencias del pasado, los retazos de su vida que ya le parecen lejanos y ajenos. El supuesto vacío del espacio se comienza a poblar de imágenes pretéritas. Como en secuencias que se funden lentamente, Jakub habla sobre la Revolución de terciopelo, la pérdida de sus padres y la vida con sus abuelos, las marcas que la historia política y religiosa han dejado sobre la memoria de su pueblo. Por eso, tal vez, se sienta convertido en un cometa, en uno de esos “recolectores de la basura del universo, vagabundos infatigables que empujan sus carritos de porquería intergaláctica por los siglos de los siglos”. En la distancia, que la nave acrecienta constantemente, puede ver con más claridad un hecho clave: su padre era un torturador al servicio del régimen comunista y uno de sus torturados regresa para enfrentar a Jakub.La misión científica se ve convertida en un reality show espacial. Las cámaras registran cada uno de sus movimientos.
© LA GACETA, Máximo Hernán Mena
Entre el terror y la historia argentina
Gótico: La casa de los eucaliptos
Luciano Lamberti(Random House - Buenos Aires)
En el cuento “Vida de E.” del cordobés Luciano Lamberti, un transformista repasa su obra pictórica. El protagonista rememora cómo descubrió a los 18 años que podía asumir la forma de un carancho y cómo aquella condición determinó la manera de percibir las cosas. Las pinturas de su madurez retratan paisajes en altura, “imágenes que parecen tomadas desde un avión en movimiento”. De hecho, las historias del libro La casa de los eucaliptos se enmarcan en el género gótico: demonios al acecho de un médico rural, seres detrás del espejo que le hablan a un tirador infantil, muertos vivientes que no tienen la delicadeza de esfumarse, ritos satánicos y posesiones. Los personajes viven en lo sombrío, pueblos pequeños que sufren el cierre de las fábricas y contextos rurales al borde del abandono o la desaparición.Son, precisamente, textos que tensionan el género del terror con la realidad histórica argentina. En “El espíritu eterno”, un joven político llega a la presidencia a través de un juego de azares que parece comandado por una voluntad superior. Al poco tiempo, descubre en las entrañas de la Casa Rosada un dispositivo de los años 70 que mantiene consciente a Perón. El líder o, a través de su cuerpo, un espíritu eterno dirige la realidad de los argentinos, es “el secreto que saben todos los presidentes”.
© LA GACETA, Salvador Marinaro
Los libros y la experiencia de la lectura
Miscelánea: Citas de lectura
Sylvia Molloy (Ampersand - Buenos Aires)
En Citas de lectura la autobiografía y la literatura se solapan, superposición que les permite a cada una ser un medio para referirse a la otra.Este libro, de lectura accesible y amena, invita a un recorrido que fluye más allá del conocimiento que pueda tener el lector sobre los autores y las obras citadas. Y es que tal vez lo que captura es una especie de intimidad y de confianza a partir, por ejemplo, del relato de una entrevista a Borges y un recuerdo de infancia, ambos narrados en un mismo registro, donde la sencillez prima por sobre cualquier intento de grandilocuencia.Los libros, en tanto objetos, son protagonistas que van desplegando, en cada breve ensayo de los que se compone la obra, pensamientos y preguntas de la autora enunciados con simpleza pero revelando la complejidad de lo humano, de la vida y sus aconteceres. No se trata de una fetichización del libro sino de la apertura hacia una multiplicidad de aspectos de los que, al menos para Molloy, él mismo es un signo visible. Algunos de ellos son: un autor y sus ideas, un determinado momento de la vida, un contexto político cultural, una anécdota familiar, un sentimiento o vivencia (como pueden ser los celos).
© LA GACETA, Ana Schkolnik